Síndrome de ovario poliquístico

Síndrome de ovario poliquístico e infertilidad

 

El síndrome de ovario poliquístico (SOP), es la endocrinopatía más frecuente entre las mujeres en edad fértil, con una prevalencia que oscila entre el 5-20 %, dependiendo de los autores; se caracteriza por alteraciones ovulatorias y metabólicas asociadas de forma variable a diversos fenotipos.Síndrome de ovario poliquístico

 

Está considerado un síndrome, es decir, un conjunto de síntomas y signos para los que es necesaria una definición clara y basada en la evidencia.

 

Fue descrito por primera vez por los autores Stein y Leventhal en el año 1935. En el año 2003, representantes de la European Society of Human Reproduction and Embryology (ESHRE) y la American Society for Reproductive Medicine (ASRM), reunidos en Rotterdam, establecieron unos criterios para el correcto diagnóstico del SOP, con el objetivo de mejorar definiciones anteriores. Así se estableció que han de cumplirse al menos dos de los siguientes criterios: Oligoovulación o anovulación; Signos clínicos y/o bioquímicos de hiperandrogenismo y Ovarios ecográficamente poliquísticos.

 

El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es un estado hiperandrogénico con oligoovulación que no puede explicarse por otras causas. Afecta a la salud y a la calidad de vida de la mujer desde la adolescencia provocando, entre otros, menstruaciones irregulares, amenorrea, acné, hirsutismo y/o sobrepeso.

 

Las causas son multifactoriales, genéticas, hereditarias y con influencia de factores ambientales.

 

Síndrome de ovario poliquístico e infertilidad

 

Uno de los aspectos más destacados del SOP es que afecta a la función reproductiva y cardiovascular de la mujer que lo padece, aumentando, además, su riesgo oncológico. Está relacionado con alteraciones ovulatorias que provocan infertilidad y con procesos que implican riesgo obstétrico, como hipertensión y diabetes gestacionales. Se estima que el 20 % de las causas femeninas de esterilidad o subfertilidad se deben al factor ovulatorio y éste, a su vez, está relacionado con el síndrome en el 80 % de los casos. De ahí la importancia de un correcto diagnóstico y atención por parte de ginecólogos y endocrinólogos reproductivos.

 

Así, para el correcto diagnóstico, en pacientes subfértiles con sospecha de anovulación se debe confirmar la posible existencia de un SOP, con la constatación de al menos dos de los criterios de Rotterdam antes mencionados. Para ello es recomendable:

 

  • La exclusión en mujeres amenorreicas u oligomenorreicas de otras causas de anovulación.

 

  • Una ecografía detallada preferiblemente por vía transvaginal, realizada en un momento adecuado, sin toma previa de anovulatorios.

 

  • La existencia de hirsutismo, con o sin acné, excluyendo que el origen sea un hiperandrogenismo tumoral ovárico o extra ovárico, de ser necesario se determinará índice de testosterona libre y otros.