NUTRICIÓN EN LA FERTILIDAD

¿INFLUYE LA NUTRICIÓN EN LA FERTILIDAD?

En las últimas décadas, se ha observado un aumento significativo en la prevalencia de infertilidad en todo el mundo; según un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del 17,5% de los adultos (es decir, alrededor de uno de cada seis) presentan el problema.

En España, y según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), entre el 15% y el 17 % de la población en nuestro país tiene problemas para concebir.

Este aumento de los casos de infertilidad está relacionado con la edad avanzada de la mujer, la presencia de alteraciones estructurales en el aparato reproductor, el peso (diversos estudios han constatado que tanto el bajo peso como el sobrepeso u obesidad aumentan el riesgo de infertilidad), el descenso en la calidad del semen, factores ambientales y el estilo de vida, y es en este último punto, donde la nutrición juega un papel relevante tanto en la infertilidad masculina como en la femenina.

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El abordaje nutricional, es un elemento por contemplar dada su importancia en la reproducción e infertilidad.

Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Alfonso X El Sabio y de la Universidad Complutense de Madrid, destacó que “la ingesta en exceso de grasas saturadas, ácidos grasos trans y proteínas de origen animal podría tener un efecto perjudicial en la fertilidad, mientras que la ingesta de hidratos de carbono complejos, fibra, grasas monoinsaturadas y ácidos grasos omega-3 podría tener un efecto beneficioso”.

De igual manera se incide en la necesidad de un aporte nutricional adecuado de ácido fólico, B12, vitaminas A, D, C y E, calcio, hierro, zinc, selenio y yodo.

Tal como indica la evidencia disponible, la fertilidad de hombres y mujeres, puede estar condicionada tanto por el tipo como por la cantidad de hidratos de carbono. Así, una dieta rica en alimentos con una carga glucémica baja se relaciona con una mejoría de la fertilidad relacionada con la ovulación a través de una mejoría en la sensibilidad de la insulina en las mujeres y de la calidad del semen.

También se ha observado que el remplazo de proteínas de origen animal por vegetal favorece la ovulación; así un estudio concluyó que en las mujeres que seguían dietas en las que el 5% de la energía total procedía de proteínas de origen vegetal, el riesgo de infertilidad por anovulación se reducía a más de la mitad.

Paralelamente se ha observado que la ingesta elevada de grasas saturadas se asocia negativamente con la cantidad de espermatozoides y que las grasas trans incrementan la resistencia a la insulina, aumentando el riesgo de alteraciones tanto en la ovulación como en la calidad de los espermatozoides.

Por el contrario las dietas ricas en grasas monoinsaturadas parecen beneficiar la fertilidad en mujeres y hombres.

Un nivel adecuado omega-3 puede ayudar a reducir la concentración de testosterona y a mejorar la resistencia a la insulina en mujeres con Síndrome de Ovario Poliquístico. Las personas con concentraciones séricas elevadas de omega-3 muestran mejor calidad en los espermatozoides y una mayor eficacia en los tratamientos de reproducción asistida.

El sedentarismo, es estrés, el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, y el uso de anticonceptivos y las dietas desequilibradas en energía y nutrientes, influyen negativamente en la fertilidad


Ref. https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0212-16112018001200003&script=sci_arttext